El PSC votó en contra del Plan de Usos de l’Eixample en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad de l’Ajuntament de Barcelona. Se da la circunstancia de que la semana pasada, la segunda teniente de alcalde, Janet Sanz, de En comú Podem, presentó esta iniciativa junto a la regidora de Movilidad, Laia Bonet, del PSC, y afirmaron que la nueva normativa era fruto de un acuerdo entre las dos formaciones.
Laia Bonet justificó el sentido de la votación de su grupo municipal argumentando que el proyecto ha cambiado sustancialmente. Según la edil socialista, el acuerdo firmado con los Comunes contemplaba que las restricciones más severas se circunscribían tan solo a 11 calles, y que en el proyecto que se ha presentado en la comisión por parte de la regidora Janet Sanz, el número de calles había pasado a «casi 40».
Laia Bonet afirmó que en las conversaciones que se llevaron a cabo con el grupo de los Comunes tan solo se habló de la aplicación por calles, y que se suprimían los ámbitos, tanto el del Barri de Sant Antoni como el de la calle Girona. Estos denominados ámbitos agrupan a diferentes calles que son zona de influencia de calles pacificadas.
Por su parte, Janet Sanz, afirmó que estos ámbitos estaban contemplados en el acuerdo, y afirmó que «querría saber por qué se produce este giro sorprendente cuando se había trabajado todo conjuntamente». La segunda teniente de alcalde sugirió que el cambio del sentido del voto del PSC se debe a presiones de asociaciones de comerciantes, y apuntó a Barcelona Oberta.
Sin embargo, Sanz asegura que seguirá negociando para que se apruebe en el pleno del 27 de enero.
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